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viernes, 29 de enero de 2021

BIBLIA. PABLO DE TARSO. NUEVO TESTAMENTO





Introducción general :

En este segmento del "Domingo de la Palabra", les presentaré a distintos personajes bíblicos, para que puedan profundizar en sus vidas y cómo cada uno de ellos supo luchar, a pesar de las derrotas existenciales que experimentaron... para poder alcanzar a Dios.

El objetivo de este segmento, es que cada uno de ustedes, leyendo, meditando, analizando films y orando, vuestra FE se vea consolidada con la lectura y meditación de la Sagrada Escritura. Pues la Biblia es algo así como una carta de amor, que Dios escribe a cada alma, es entonces que cada palabra de la Sacra Escritura siempre será novedad y gracia....para cada momento de nuestra vida...


Les deseo un hermoso y santo viaje de evangelización, con cada una de estas grandes figuras bíblicas, cada una de ellas es una pequeña gran historia de amor de Dios con su creatura...


Un ejercicio, que siempre ayuda mucho en la vida espiritual, es que pensemos y nos imaginemos que también cada uno es ese personaje...en sus éxitos y miserias espirituales.... pero Dios siempre permanece allí, como un Papá bueno, que nos espera para felicidad nuestra....



METODOLOGÍA :

1. Ver el film.( Tener la Biblia al lado e ir subrayando lo que convenga).

2. Sugiero ver todos los films.

3. Leer el texto bíblico indicado. Resaltar aquello que nos puede llamar más la atención. Meditar.

4. Leer los textos pontificios.

5. Todo debe realizarse pausadamente, invocando la presencia del Santo Espíritu de Dios, pues es el mejor Pedagogo que penetra las almas y brinda consolación.

Aquí les dejo un link, con oraciones al Paráclito :

LINK: ESPÍRITU SANTO. Oraciones

Nota:

Las actividades se pueden realizar indistintamente. Cada quién elige según sus tiempos y preferencias, el orden de las actividades.





¡Hola!, queridos hermanos :

el 25 de enero celebramos la conversión del gran san Pablo.

El día 29 de junio, celebramos la solemnidad de San Pedro y San Pablo.

Ambas fiestas, nos quieren poner en relieve el gran aporte del Apóstol de las gentes.



ALGUNOS DATOS A TENER EN CUENTA:

  • Pablo es el gran apóstol de los gentiles.
  • Vale decir del mundo, no judaíaco de aquél entonces.
  • Mientras que Jesús, entrega las llaves de la Iglesia a Pedro; a Pablo se le aparece resucitado y le encarga anunciarlo.
  • Pedro y Pablo, cada uno con una personalidad muy singular, cada uno con una misión.
  • Ambos son los pilares de nuestra Iglesia.
  • Son dos figuras que no debemos contraponer, enfrentar, porque son complementarios.
  • La figura de Pablo la encontramos en el Nuevo Testamento.
  • Específicamente en el libro de Hechos de los Apóstoles.
  • En el Nuevo Testamente encontramos las 13 cartas que Pablo escribió.
  • Estas cartas son escritas incluso antes de que se escribieran los Evangelios, apróx. 20/25 años d.C.
  • Pablo es misionero y predicador cuyo objetivo es edificar a la Iglesia y fortalecerla en la FE en Cristo Jesús.
  • Todas sus cartas tienen por finalidad dar sugerencias para solucionar los problemas de la Iglesia de aquél entonces, problemas que siguen siendo los nuestros en esencia.
  • Se convierte así, en uno de los personajes más influyentes en la Iglesia a través de las distintas generaciones.
  • Utiliza el género epistolar para poder llegar a todos "con la libertad de los hijos de Dios", escribe a las comunidadees que él había fundado. Funda parece ser 13 comunidades.
  • Estas espístolas se dividen en : auténticas y seudo epigráficas.
  • EPÍSTOLAS AUTÉNTICAS:
Carta a los Romanos
1º 2º Carta a los Corintios
Carta a los Gálatas
Carta a los Filipenses
1º Carta a los Tesalonicenses (considerada la más antigua)
Carta a Filemón
  • Entre ellas hay 4 epístolas que son personales y el resto colectivas.

  • Epístolas personales :
Carta a Filemón
Carta a Tito
1º y 2º Carta a Timoteo
  • Epístolas colectivas :
1º y 1º Carta a los Tesalonicenses
Carta a los Gálatas
1º y 2º Carta a los Corintios
Carta a los Romanos
  • EPÍSTOLAS PSEUDOEPIGRÁFICAS :
2º Carta a los Tesalonicenses
Carta a los Colosenses
Carta a los Efesios
1º y 2º Carta a Timoteo
Carta a Tito

  • La crítica actual manifiesta que la Carta a los Hebreos, no sería de Pablo. Y se ignora por completo el autor.
  • El mensaje central de Pablo se sintetiza en que la gracia de Dios es para absolutamente todos, sin distinción alguna. Y sobre todo, nos deja claramente, que esta vida es solo una antesasala del Cielo!!
  • Muere decapitado en Roma, en la vía Laurentina. Existe una narración legendaria que cuenta que cuando fue decapitado, su cabeza rebotó tres veces, originando tres fuentes de agua en los lugares donde cayó. Hoy en ese lugar se encuentra la Abadía cisterciencie delle Tre fontane (de las tres fuentes).
  • Recordar que el apóstol Lucas lo acompañó hasta el final.
  • Sobre la misoginia (rechazo a las mujeres) de Pablo. Particularmente, no lo creo. Recordar el contexto histórico de la época. Elogia los trabajos de Febe y de Jonia. Y el texto aparentemente duro que encontramos en la 1º carta a Tito, pues se considera pseudoepigráfica...hay muchos aspectos fluctuantes.
  • y personalmente, soy devotísima de san Pablo!!..





FILMS :


HECHOS DE LOS APÓSTOLES

Dean Jones

3:12:22

Visual International. 2004

BIBLIA. HECHOS DE LOS APÓSTOLES







«La misión peligrosa de San Pablo» (biografía del Apóstol, en referencia bíblica)

42:31

ZDF.2017






PEDRO Y PABLO

Anthony Hopkins (Pablo)

Robert Foxworth (Pedro)

3:17:02

Universal





PABLO, APÓSTOL DE CRISTO

Jim Caviezel (Lucas)

James Faulkner (Pablo)

1:47:46

Givin Films.2018









EL EMISARIO


52:30

T.B.N Films. 1997







SAN PABLO

Johannes Brandrup

1:32:36

San Paolo. 2018









EL HOMBRE DE TARSO

Moscrando Magoy Dubbour

1:01:32

HARVEST Production






HASTA LOS CONFINES DE LA TIERRA

Aki Avni

38:35

Boettcher Trinklein. Inc. 2018









SAUL. IL VIAGGIO VERSO DAMASCO

Callum Blue/ Emmanuelle Vaugier / John Rhys-Davies.

1:06:56

Entertainment One. 2014






LA HISTORIA DE PABLO

Dibujos animados

28:42

Comunicaciones Latinoamericanas









EL MINISTERIO DE PABLO

Diujos Animados

23:36

Family Entertainment










LAS ENSEÑANZAS DE PEDRO Y LAS EPÍSTOLAS DE PABLO

1:03:43







SAN PEDRO

5:44:38

Omar Shariff (Pedro)

RAI. 2005








TEXTOS PONTIFICIOS


Les dejo unos hermosos textos sobre el apóstol Pablo de Tarso, son escritos realizados por los distintos Pontífices, ¡están realmente bellos!!..



FRANCISCO









BENEDÍCTO XVI


Dios salvador (Efesios). SANTA SEDE. BENEDÍCTO XVI


Cristo, siervo de Dios (Filipenses 2, 6-11)


Cristo, siervo de Dios (Filipenses 2, 6-11)


Dios salvador, (Efesios 1, 3.14)


Cristo, siervo de Dios (Filipenses 2, 6-11)


Timoteo y Tito


Pablo. La vida en la Iglesia


Pablo. El Espíritu en nuestros corazones


Pablo, la centralidad de Cristo


Pablo, perfil del hombre y del apóstol


San Pablo (16) - El papel de los sacramentos


San Pablo (15) - Adán y Cristo. Del pecado (original) a la libertad


San Pablo (14) - La doctrina de la justificación. De la fe a las obras


La doctrina de la justificación. De las obras a la fe


San Pablo (12) - Escatología. La espera de la parusía


San Pablo (11) - La importancia de la cristología. El carácter decisivo de la resurrección


San Pablo (10) - La importancia de la cristología. La teología de la Cruz


San Pablo (9) - La importancia de la cristología. Preexistencia y encarnación


San Pablo (8) - La dimensión eclesiológica del pensamiento de san Pablo


San Pablo (7) - La relación con el Jesús histórico


San Pablo (6) - El concilio de Jerusalén y la controversia de Antioquía


San Pablo (5) - Pablo, los Doce y la Iglesia pre-paulina


San Pablo (4) - La concepción paulina del apostolado


San Pablo (3) - La "conversión" de san Pablo


San Pablo (2) - La vida de san Pablo antes y después de Damasco


San Pablo (1) - El ambiente religioso y cultural de san Pablo


San Pablo (20). El martirio de san Pablo


San Pablo (19). La visión teológica de las Cartas pastorales


San Pablo (18). La visión teológica de las cartas a los Colosenses y a los Efesios


San Pablo (17). El culto espiritual







JUAN PABLO II :



Mirada general a la Carta de San Pablo a los Efesios


El matrimonio como sacramento según la Carta a los Efesios


El matrimonio y la virginidad según la interpretación de San Pablo en la Carta a los Corintios


Excelencias de la virginidad o celibato por el reino de los cielos, según las palabras de Jesús y San Pablo


La espiritualización del cuerpo según la doctrina de San Pablo


El «hombre celestial» según San Pablo


La antropología paulina concerniente a la resurrección


Los hijos de la resurrección


Peregrinación jubilar tras las huellas de san Pablo














martes, 26 de enero de 2021

EL DOMINGO DE LA PALABRA: Una carta de amor de Dios al alma.... (Biblia)


Queridos hermanos :

El Domingo de la Palabra es una fiesta instiuída por Papa Francisco, que la celebraremos cada 3º domingo del tiempo ordinario.

Fue instiuída con el objetivo de redescubrir la actualidad de la Palabra de Dios en nuestras vidas. Dios escribe a la humanidad, a cada alma...algo así como una carta de amor....su gran Profeta Jesucristo, nos lo anuncia como el Padre de la misericordia!!

Nos recuerda una y otra vez, que esta tierra y cielo pasarán...y vendrán Cielos y tierras nuevas sin ocaso, ni fin, tiempos hermosos imperecederos por los siglos de los siglos. Amén.

Y también este es el objetivo de este segmento que he creado para ustedes. Aprovechemos los mass media para el bien, para llegar al Cielo, para ayudar a otros a llegar al Cielo...para que recuerden que la vida no acaba aquí....en este mundo hermoso lleno de contraste y de ambiciones que olvidan la esencia del ser humano. Donde muchas veces, predomina la autoprotección estéril y egoísta que deja al margen a los más precarios, indigentes y necesitados de protección....


Que la meditación de la Palabra...sea un aliciente vital para mejorar nuestro contexto, nuestro mundo, para enseñar "el servicio" a las nuevas generaciones y que solo en "el servicio" a los demás...es que el ser humano encuentra su verdadera realización...su verdadero éxito de vivir....porque el éxito no está en los títulos adquiridos, ni mucho menos en las funciones que realizas... sino en el compartir lo que tienes, porque sábes...muy en el fondo que,... "todo es gracia" !!.... especialmente en estos tiempos de pandemia mundial...




Introducción general :

En este segmento del "Domingo de la Palabra", les presentaré a distintos personajes bíblicos, para que puedan profundizar en sus vidas y cómo cada uno de ellos supo luchar, a pesar de las derrotas existenciales que experimentaron... para poder alcanzar a Dios.

El objetivo de este segmento, es que cada uno de ustedes, leyendo, meditando, analizando films y orando, vuestra FE se vea consolidada con la lectura y meditación de la Sagrada Escritura. Pues la Biblia es algo así como una carta de amor, que Dios escribe a cada alma, es entonces que cada palabra de la Sacra Escritura siempre será novedad y gracia....para cada momento de nuestra vida...


Les deseo un hermoso y santo viaje de evangelización, con cada una de estas grandes figuras bíblicas, cada una de ellas es una pequeña gran historia de amor de Dios con su creatura...


Un ejercicio, que siempre ayuda mucho en la vida espiritual, es que pensemos y nos imaginemos que también cada uno es ese personaje...en sus éxitos y miserias espirituales.... pero Dios siempre permanece allí, como un Papá bueno, que nos espera para felicidad nuestra....



METODOLOGÍA :

1. Ver el film.( Tener la Biblia al lado e ir subrayando lo que convenga).

2. Sugiero ver todos los films.

3. Leer el texto bíblico indicado. Resaltar aquello que nos puede llamar más la atención. Meditar.

4. Leer los textos pontificios.

5. Todo debe realizarse pausadamente, invocando la presencia del Santo Espíritu de Dios, pues es el mejor Pedagogo que penetra las almas y brinda consolación.

Aquí les dejo un link, con oraciones al Paráclito :

LINK: ESPÍRITU SANTO. Oraciones

Nota:

Las actividades se pueden realizar indistintamente. Cada quién elige según sus tiempos y preferencias, el orden de las actividades.


CONTENIDO :

1. BIBLIA. PABLO DE TARSO. NUEVO TESTAMENTO


2. BIBLIA. PEDRO."TU ES PETRUS". NUEVO TESTAMENTO


3. BIBLIA. SAN JUAN. NUEVO TESTAMENTO


4. BIBLIA. SAN LUCAS. NUEVO TESTAMENTO


5. BIBLIA. JUAN, EL BAUTISTA, TESTAMENTO


6. BIBLIA. MARÍA Y JOSÉ. NUEVO TESTAMENTO


Y MÁS...EN PROYECTO....



viernes, 22 de enero de 2021

El DOMINGO de la PALABRA DE DIOS. Carta Apostólica. FRANCISCO




Queridos hermanos,

El 30 de noviembre del 2019, en la fiesta de san  Jerónimo, Papa Francisco ha dado a conocer una nueva Carta apostólica, cuya temática es la Sagrada Escritura.


Así de este modo, desea dar relevancia a la Biblia, como Palabra de Dios, mensaje de Dios para cada uno de nosotros, un mensaje que está allí esperándonos, para redescubrir y actualizar cada vez que la leamos, que la meditemos la fuerza de su Palabra en nuestras vidas.. una fuerza que nos invita e impulsa a ser mejores, coherentes con la fe que decimos profesar y sobre todo a buscar la unidad entre todos aquellos que creen en esa PALABRA...


Un detalle a resaltar es precisamente que esta fiesta del DOMINGO DE LA PALABRA, se conmemora el 3º domingo del tiempo ordinario, coincidente con la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos. Como una ayuda a resaltar todo aquello que nos une e iniciar, recomenzar, continuar con los caminos de unidad por un mundo mejor....

Una dinámica familiar, para este gran domingo de fiesta, podría ser la lectura en familia de pasajes bíblicos...que pueden ser complementadas con films...o lo que el Santo Espíritu de Dios nos sugiera e inspire...verdad?

Generalmente, me gusta recomendar films, pero al mismo tiempo insisto que estén con la Biblia al lado...pues así se asimila mejor el contenido bíblico y también se discierne los detalles novelados de las distintas producciones fílmicas... ya que muchas personas cuando ven un film bíblico, piensan que lo que están viendo es exactamente lo que sucedió...

Ya les dejaré más adelante... diversos films con las citas bíblicas respectivas...para que vuestro asimilamiento sea cada vez más crítico y en acorde con el hermoso mensaje de Dios para cada uno ...y a veces, MEJOR DICHO, SIEMPRE!!.. de forma tan exclusiva...y ello es la acción del Santo Espíritu sobre nosotros, cuándo lo buscamos y somos dóciles, es decir cuándo somos hijos...

Un hecho muy convincente que ilustra este aspecto de la Sagrada Escritura... es la gran anécdota de San Agustín de Hipona....que provocó su conversión radical...




Reflexionemos este video :







A continuación el texto de la Carta Apostólica "APERUIT ILLIS"... ¡Les abrió el entendimiento!!!....






CARTA APOSTÓLICA
EN FORMA DE «MOTU PROPRIO»

DEL SANTO PADRE
FRANCISCO

APERUIT ILLIS

CON LA QUE SE INSTITUYE EL DOMINGO DE LA PALABRA DE DIOS



1. «Les abrió el entendimiento para comprender las Escrituras» (Lc 24,45). 



Es uno de los últimos gestos realizados por el Señor resucitado, antes de su Ascensión. Se les aparece a los discípulos mientras están reunidos, parte el pan con ellos y abre sus mentes para comprender la Sagrada Escritura. 




A aquellos hombres asustados y decepcionados les revela el sentido del misterio pascual: que según el plan eterno del Padre, Jesús tenía que sufrir y resucitar de entre los muertos para conceder la conversión y el perdón de los pecados (cf. Lc 24,26.46-47); y promete el Espíritu Santo que les dará la fuerza para ser testigos de este misterio de salvación (cf. Lc 24,49).



La relación entre el Resucitado, la comunidad de creyentes y la Sagrada Escritura es intensamente vital para nuestra identidad. 




Si el Señor no nos introduce es imposible comprender en profundidad la Sagrada Escritura, pero lo contrario también es cierto: sin la Sagrada Escritura, los acontecimientos de la misión de Jesús y de su Iglesia en el mundo permanecen indescifrables. 




San Jerónimo escribió con verdad: «La ignorancia de las Escrituras es ignorancia de Cristo» (In Is., Prólogo: PL 24,17).





2. Tras la conclusión del Jubileo extraordinario de la misericordia, pedí que se pensara en «un domingo completamente dedicado a la Palabra de Dios, para comprender la riqueza inagotable que proviene de ese diálogo constante de Dios con su pueblo» (Carta ap. Misericordia et misera, 7). 




Dedicar concretamente un domingo del Año litúrgico a la Palabra de Dios nos permite, sobre todo, hacer que la Iglesia reviva el gesto del Resucitado que abre también para nosotros el tesoro de su Palabra para que podamos anunciar por todo el mundo esta riqueza inagotable. 



En este sentido, me vienen a la memoria las enseñanzas de san Efrén: «¿Quién es capaz, Señor, de penetrar con su mente una sola de tus frases? 




Como el sediento que bebe de la fuente, mucho más es lo que dejamos que lo que tomamos. 




Porque la palabra del Señor presenta muy diversos aspectos, según la diversa capacidad de los que la estudian. El Señor pintó con multiplicidad de colores su palabra, para que todo el que la estudie pueda ver en ella lo que más le plazca. 





Escondió en su palabra variedad de tesoros, para que cada uno de nosotros pudiera enriquecerse en cualquiera de los puntos en que concentrar su reflexión» (Comentarios sobre el Diatésaron, 1,18).





Por tanto, con esta Carta tengo la intención de responder a las numerosas peticiones que me han llegado del pueblo de Dios, para que en toda la Iglesia se pueda celebrar con un mismo propósito el Domingo de la Palabra de Dios. 




Ahora se ha convertido en una práctica común vivir momentos en los que la comunidad cristiana se centra en el gran valor que la Palabra de Dios ocupa en su existencia cotidiana. En las diferentes Iglesias locales hay una gran cantidad de iniciativas que hacen cada vez más accesible la Sagrada Escritura a los creyentes, para que se sientan agradecidos por un don tan grande, con el compromiso de vivirlo cada día y la responsabilidad de testimoniarlo con coherencia.




El Concilio Ecuménico Vaticano II dio un gran impulso al redescubrimiento de la Palabra de Dios con la Constitución dogmática Dei Verbum. 





En aquellas páginas, que siempre merecen ser meditadas y vividas, emerge claramente la naturaleza de la Sagrada Escritura, su transmisión de generación en generación (cap. II), su inspiración divina (cap. III) que abarca el Antiguo y el Nuevo Testamento (capítulos IV y V) y su importancia para la vida de la Iglesia (cap. VI). 





Para aumentar esa enseñanza, Benedicto XVI convocó en el año 2008 una Asamblea del Sínodo de los Obispos sobre el tema “La Palabra de Dios en la vida y misión de la Iglesia”, publicando a continuación la Exhortación apostólica Verbum Domini, que constituye una enseñanza fundamental para nuestras comunidades[1]. 





En este Documento en particular se profundiza el carácter performativo de la Palabra de Dios, especialmente cuando su carácter específicamente sacramental emerge en la acción litúrgica[2].




Por tanto, es bueno que nunca falte en la vida de nuestro pueblo esta relación decisiva con la Palabra viva que el Señor nunca se cansa de dirigir a su Esposa, para que pueda crecer en el amor y en el testimonio de fe.



3. Así pues, establezco que el III Domingo del Tiempo Ordinario esté dedicado a la celebración, reflexión y divulgación de la Palabra de Dios. 




Este Domingo de la Palabra de Dios se colocará en un momento oportuno de ese periodo del año, en el que estamos invitados a fortalecer los lazos con los judíos y a rezar por la unidad de los cristianos. 





No se trata de una mera coincidencia temporal: celebrar el Domingo de la Palabra de Dios expresa un valor ecuménico, porque la Sagrada Escritura indica a los que se ponen en actitud de escucha el camino a seguir para llegar a una auténtica y sólida unidad.




Las comunidades encontrarán el modo de vivir este Domingo como un día solemne. En cualquier caso, será importante que en la celebración eucarística se entronice el texto sagrado, a fin de hacer evidente a la asamblea el valor normativo que tiene la Palabra de Dios. En este domingo, de manera especial, será útil destacar su proclamación y adaptar la homilía para poner de relieve el servicio que se hace a la Palabra del Señor. 





En este domingo, los obispos podrán celebrar el rito del Lectorado o confiar un ministerio similar para recordar la importancia de la proclamación de la Palabra de Dios en la liturgia. 





En efecto, es fundamental que no falte ningún esfuerzo para que algunos fieles se preparen con una formación adecuada a ser verdaderos anunciadores de la Palabra, como sucede de manera ya habitual para los acólitos o los ministros extraordinarios de la Comunión. 





Asimismo, los párrocos podrán encontrar el modo de entregar la Biblia, o uno de sus libros, a toda la asamblea, para resaltar la importancia de seguir en la vida diaria la lectura, la profundización y la oración con la Sagrada Escritura, con una particular consideración a la lectio divina.




4. El regreso del pueblo de Israel a su patria, después del exilio en Babilonia, estuvo marcado de manera significativa por la lectura del libro de la Ley. La Biblia nos ofrece una descripción conmovedora de ese momento en el libro de Nehemías. 





El pueblo estaba reunido en Jerusalén en la plaza de la Puerta del Agua, escuchando la Ley. Aquel pueblo había sido dispersado con la deportación, pero ahora se encuentra reunido alrededor de la Sagrada Escritura como si fuera «un solo hombre» (Ne 8,1). Cuando se leía el libro sagrado, el pueblo «escuchaba con atención» (Ne 8,3), sabiendo que podían encontrar en aquellas palabras el significado de los acontecimientos vividos. 





La reacción al anuncio de aquellas palabras fue la emoción y las lágrimas: «[Los levitas] leyeron el libro de la ley de Dios con claridad y explicando su sentido, de modo que entendieran la lectura. 




Entonces el gobernador Nehemías, el sacerdote y escriba Esdras, y los levitas que instruían al pueblo dijeron a toda la asamblea: “Este día está consagrado al Señor, vuestro Dios. No estéis tristes ni lloréis” (y es que todo el pueblo lloraba al escuchar las palabras de la ley). […] “¡No os pongáis tristes; el gozo del Señor es vuestra fuerza!”» (Ne 8,8-10).





Estas palabras contienen una gran enseñanza. La Biblia no puede ser sólo patrimonio de algunos, y mucho menos una colección de libros para unos pocos privilegiados. Pertenece, en primer lugar, al pueblo convocado para escucharla y reconocerse en esa Palabra. 




A menudo se dan tendencias que intentan monopolizar el texto sagrado relegándolo a ciertos círculos o grupos escogidos. No puede ser así. La Biblia es el libro del pueblo del Señor que al escucharlo pasa de la dispersión y la división a la unidad. La Palabra de Dios une a los creyentes y los convierte en un solo pueblo.





5. En esta unidad, generada con la escucha, los Pastores son los primeros que tienen la gran responsabilidad de explicar y permitir que todos entiendan la Sagrada Escritura. Puesto que es el libro del pueblo, los que tienen la vocación de ser ministros de la Palabra deben sentir con fuerza la necesidad de hacerla accesible a su comunidad.





La homilía, en particular, tiene una función muy peculiar, porque posee «un carácter cuasi sacramental» (Exhort. ap. Evangelii gaudium, 142). Ayudar a profundizar en la Palabra de Dios, con un lenguaje sencillo y adecuado para el que escucha, le permite al sacerdote mostrar también la «belleza de las imágenes que el Señor utilizaba para estimular a la práctica del bien» (ibíd.). Esta es una oportunidad pastoral que hay que aprovechar.





De hecho, para muchos de nuestros fieles esta es la única oportunidad que tienen para captar la belleza de la Palabra de Dios y verla relacionada con su vida cotidiana. Por lo tanto, es necesario dedicar el tiempo apropiado para la preparación de la homilía. 




No se puede improvisar el comentario de las lecturas sagradas. A los predicadores se nos pide más bien el esfuerzo de no alargarnos desmedidamente con homilías pedantes o temas extraños. 




Cuando uno se detiene a meditar y rezar sobre el texto sagrado, entonces se puede hablar con el corazón para alcanzar los corazones de las personas que escuchan, expresando lo esencial con vistas a que se comprenda y dé fruto. Que nunca nos cansemos de dedicar tiempo y oración a la Sagrada Escritura, para que sea acogida «no como palabra humana, sino, cual es en verdad, como Palabra de Dios» (1 Ts 2,13).



Es bueno que también los catequistas, por el ministerio que realizan de ayudar a crecer en la fe, sientan la urgencia de renovarse a través de la familiaridad y el estudio de la Sagrada Escritura, para favorecer un verdadero diálogo entre quienes los escuchan y la Palabra de Dios.





6. Antes de reunirse con los discípulos, que estaban encerrados en casa, y de abrirles el entendimiento para comprender las Escrituras (cf. Lc 24,44-45), el Resucitado se aparece a dos de ellos en el camino que lleva de Jerusalén a Emaús (cf. Lc 24,13-35).





 La narración del evangelista Lucas indica que es el mismo día de la Resurrección, es decir el domingo. Aquellos dos discípulos discuten sobre los últimos acontecimientos de la pasión y muerte de Jesús. Su camino está marcado por la tristeza y la desilusión a causa del trágico final de Jesús. 




Esperaban que Él fuera el Mesías libertador, y se encuentran ante el escándalo del Crucificado. 





Con discreción, el mismo Resucitado se acerca y camina con los discípulos, pero ellos no lo reconocen (cf. v. 16). A lo largo del camino, el Señor los interroga, dándose cuenta de que no han comprendido el sentido de su pasión y su muerte; los llama «necios y torpes» (v. 25) y «comenzando por Moisés y siguiendo por todos los profetas, les explicó lo que se refería a Él en todas las Escrituras» (v. 27). 





Cristo es el primer exegeta. No sólo las Escrituras antiguas anticiparon lo que Él iba a realizar, sino que Él mismo quiso ser fiel a esa Palabra para evidenciar la única historia de salvación que alcanza su plenitud en Cristo.





7. La Biblia, por tanto, en cuanto Sagrada Escritura, habla de Cristo y lo anuncia como el que debe soportar los sufrimientos para entrar en la gloria (cf. v. 26). No sólo una parte, sino toda la Escritura habla de Él. Su muerte y resurrección son indescifrables sin ella. 





Por esto una de las confesiones de fe más antiguas pone de relieve que Cristo «murió por nuestros pecados según las Escrituras; y que fue sepultado y que resucitó al tercer día, según las Escrituras; y que se apareció a Cefas» (1 Co 15,3-5). 





Puesto que las Escrituras hablan de Cristo, nos ayudan a creer que su muerte y resurrección no pertenecen a la mitología, sino a la historia y se encuentran en el centro de la fe de sus discípulos.





Es profundo el vínculo entre la Sagrada Escritura y la fe de los creyentes. Porque la fe proviene de la escucha y la escucha está centrada en la palabra de Cristo (cf. Rm 10,17), la invitación que surge es la urgencia y la importancia que los creyentes tienen que dar a la escucha de la Palabra del Señor tanto en la acción litúrgica como en la oración y la reflexión personal.





8. El “viaje” del Resucitado con los discípulos de Emaús concluye con la cena. El misterioso Viandante acepta la insistente petición que le dirigen aquellos dos: «Quédate con nosotros, porque atardece y el día va de caída» (Lc 24,29). Se sientan a la mesa, Jesús toma el pan, pronuncia la bendición, lo parte y se lo ofrece a ellos. En ese momento sus ojos se abren y lo reconocen (cf. v. 31).





Esta escena nos hace comprender el inseparable vínculo entre la Sagrada Escritura y la Eucaristía.






 El Concilio Vaticano II nos enseña: «la Iglesia ha venerado siempre la Sagrada Escritura, como lo ha hecho con el Cuerpo de Cristo, pues, sobre todo en la sagrada liturgia, nunca ha cesado de tomar y repartir a sus fieles el pan de vida que ofrece la mesa de la Palabra de Dios y del Cuerpo de Cristo» (Const. dogm. Dei Verbum, 21).





El contacto frecuente con la Sagrada Escritura y la celebración de la Eucaristía hace posible el reconocimiento entre las personas que se pertenecen. Como cristianos somos un solo pueblo que camina en la historia, fortalecido por la presencia del Señor en medio de nosotros que nos habla y nos nutre. 






El día dedicado a la Biblia no ha de ser “una vez al año”, sino una vez para todo el año, porque nos urge la necesidad de tener familiaridad e intimidad con la Sagrada Escritura y con el Resucitado, que no cesa de partir la Palabra y el Pan en la comunidad de los creyentes. 





Para esto necesitamos entablar un constante trato de familiaridad con la Sagrada Escritura, si no el corazón queda frío y los ojos permanecen cerrados, afectados como estamos por innumerables formas de ceguera.





La Sagrada Escritura y los Sacramentos no se pueden separar. Cuando los Sacramentos son introducidos e iluminados por la Palabra, se manifiestan más claramente como la meta de un camino en el que Cristo mismo abre la mente y el corazón al reconocimiento de su acción salvadora.






 Es necesario, en este contexto, no olvidar la enseñanza del libro del Apocalipsis, cuando dice que el Señor está a la puerta y llama. Si alguno escucha su voz y le abre, Él entra para cenar juntos (cf. 3,20). 




Jesucristo llama a nuestra puerta a través de la Sagrada Escritura; si escuchamos y abrimos la puerta de la mente y del corazón, entonces entra en nuestra vida y se queda con nosotros.





9. En la Segunda Carta a Timoteo, que constituye de algún modo su testamento espiritual, san Pablo recomienda a su fiel colaborador que lea constantemente la Sagrada Escritura. El Apóstol está convencido de que «toda Escritura es inspirada por Dios es también útil para enseñar, para argüir, para corregir, para educar» (3,16). 





Esta recomendación de Pablo a Timoteo constituye una base sobre la que la Constitución conciliar Dei Verbum trata el gran tema de la inspiración de la Sagrada Escritura, un fundamento del que emergen en particular la finalidad salvífica, la dimensión espiritual y el principio de la encarnación de la Sagrada Escritura.




Al evocar sobre todo la recomendación de Pablo a Timoteo, la Dei Verbum subraya que «los libros de la Escritura enseñan firmemente, con fidelidad y sin error, la verdad que Dios quiso consignar en las sagradas letras para nuestra salvación» (n. 11). 






Puesto que las mismas instruyen en vista a la salvación por la fe en Cristo (cf. 2 Tm 3,15), las verdades contenidas en ellas sirven para nuestra salvación. 



La Biblia no es una colección de libros de historia, ni de crónicas, sino que está totalmente dirigida a la salvación integral de la persona. El innegable fundamento histórico de los libros contenidos en el texto sagrado no debe hacernos olvidar esta finalidad primordial: nuestra salvación. 






Todo está dirigido a esta finalidad inscrita en la naturaleza misma de la Biblia, que está compuesta como historia de salvación en la que Dios habla y actúa para ir al encuentro de todos los hombres y salvarlos del mal y de la muerte. 





Para alcanzar esa finalidad salvífica, la Sagrada Escritura bajo la acción del Espíritu Santo transforma en Palabra de Dios la palabra de los hombres escrita de manera humana (cf. Const. dogm. Dei Verbum, 12). 





El papel del Espíritu Santo en la Sagrada Escritura es fundamental. Sin su acción, el riesgo de permanecer encerrados en el mero texto escrito estaría siempre presente, facilitando una interpretación fundamentalista, de la que es necesario alejarse para no traicionar el carácter inspirado, dinámico y espiritual que el texto sagrado posee. 





Como recuerda el Apóstol: «La letra mata, mientras que el Espíritu da vida» (2 Co 3,6). El Espíritu Santo, por tanto, transforma la Sagrada Escritura en Palabra viva de Dios, vivida y transmitida en la fe de su pueblo santo.




10. La acción del Espíritu Santo no se refiere sólo a la formación de la Sagrada Escritura, sino que actúa también en aquellos que se ponen a la escucha de la Palabra de Dios. 





Es importante la afirmación de los Padres conciliares, según la cual la Sagrada Escritura «se ha de leer e interpretar con el mismo Espíritu con que fue escrita» (Const. dogm. Dei Verbum, 12). 






Con Jesucristo la revelación de Dios alcanza su culminación y su plenitud; aun así, el Espíritu Santo continúa su acción. De hecho, sería reductivo limitar la acción del Espíritu Santo sólo a la naturaleza divinamente inspirada de la Sagrada Escritura y a sus distintos autores. 





Por tanto, es necesario tener fe en la acción del Espíritu Santo que sigue realizando una peculiar forma de inspiración cuando la Iglesia enseña la Sagrada Escritura, cuando el Magisterio la interpreta auténticamente (cf. ibíd., 10) y cuando cada creyente hace de ella su propia norma espiritual. 





En este sentido podemos comprender las palabras de Jesús cuando, a los discípulos que le confirman haber entendido el significado de sus parábolas, les dice: «Pues bien, un escriba que se ha hecho discípulo del reino de los cielos es como un padre de familia que va sacando de su tesoro lo nuevo y lo antiguo» (Mt 13,52).




11. La Dei Verbum afirma, además, que «la Palabra de Dios, expresada en lenguas humanas, se hace semejante al lenguaje humano, como la Palabra del eterno Padre, asumiendo nuestra débil condición humana, se hizo semejante a los hombres» (n. 13). 




Es como decir que la Encarnación del Verbo de Dios da forma y sentido a la relación entre la Palabra de Dios y el lenguaje humano, con sus condiciones históricas y culturales. En este acontecimiento toma forma la Tradición, que también es Palabra de Dios (cf. ibíd., 9). 





A menudo se corre el riesgo de separar la Sagrada Escritura de la Tradición, sin comprender que juntas forman la única fuente de la Revelación. El carácter escrito de la primera no le quita nada a su ser plenamente palabra viva; así como la Tradición viva de la Iglesia, que la transmite constantemente de generación en generación a lo largo de los siglos, tiene el libro sagrado como «regla suprema de la fe» (ibíd., 21). Por otra parte, antes de convertirse en texto escrito, la Palabra de Dios se transmitió oralmente y se mantuvo viva por la fe de un pueblo que la reconocía como su historia y su principio de identidad en medio de muchos otros pueblos. 





Por consiguiente, la fe bíblica se basa en la Palabra viva, no en un libro.






12. Cuando la Sagrada Escritura se lee con el mismo Espíritu que fue escrita, permanece siempre nueva. El Antiguo Testamento no es nunca viejo en cuanto que es parte del Nuevo, porque todo es transformado por el único Espíritu que lo inspira. 







Todo el texto sagrado tiene una función profética: no se refiere al futuro, sino al presente de aquellos que se nutren de esta Palabra. Jesús mismo lo afirma claramente al comienzo de su ministerio: «Hoy se ha cumplido esta Escritura que acabáis de oír» (Lc 4,21). 





Quien se alimenta de la Palabra de Dios todos los días se convierte, como Jesús, en contemporáneo de las personas que encuentra; no tiene tentación de caer en nostalgias estériles por el pasado, ni en utopías desencarnadas hacia el futuro.





La Sagrada Escritura realiza su acción profética sobre todo en quien la escucha. Causa dulzura y amargura. Vienen a la mente las palabras del profeta Ezequiel cuando, invitado por el Señor a comerse el libro, manifiesta: «Me supo en la boca dulce como la miel» (3,3). 




También el evangelista Juan en la isla de Patmos evoca la misma experiencia de Ezequiel de comer el libro, pero agrega algo más específico: «En mi boca sabía dulce como la miel, pero, cuando lo comí, mi vientre se llenó de amargor» (Ap 10,10).





La dulzura de la Palabra de Dios nos impulsa a compartirla con quienes encontramos en nuestra vida para manifestar la certeza de la esperanza que contiene (cf. 1 P 3,15-16). Por su parte, la amargura se percibe frecuentemente cuando comprobamos cuán difícil es para nosotros vivirla de manera coherente, o cuando experimentamos su rechazo porque no se considera válida para dar sentido a la vida. 







Por tanto, es necesario no acostumbrarse nunca a la Palabra de Dios, sino nutrirse de ella para descubrir y vivir en profundidad nuestra relación con Dios y con nuestros hermanos.






13. Otra interpelación que procede de la Sagrada Escritura se refiere a la caridad. La Palabra de Dios nos señala constantemente el amor misericordioso del Padre que pide a sus hijos que vivan en la caridad. 







La vida de Jesús es la expresión plena y perfecta de este amor divino que no se queda con nada para sí mismo, sino que se ofrece a todos incondicionalmente. En la parábola del pobre Lázaro encontramos una indicación valiosa. Cuando Lázaro y el rico mueren, este último, al ver al pobre en el seno de Abrahán, pide ser enviado a sus hermanos para aconsejarles que vivan el amor al prójimo, para evitar que ellos también sufran sus propios tormentos. 





La respuesta de Abrahán es aguda: «Tienen a Moisés y a los profetas: que los escuchen» (Lc 16,29). Escuchar la Sagrada Escritura para practicar la misericordia: este es un gran desafío para nuestras vidas. 





La Palabra de Dios es capaz de abrir nuestros ojos para permitirnos salir del individualismo que conduce a la asfixia y la esterilidad, a la vez que nos manifiesta el camino del compartir y de la solidaridad.





14. Uno de los episodios más significativos de la relación entre Jesús y los discípulos es el relato de la Transfiguración. Jesús sube a la montaña para rezar con Pedro, Santiago y Juan. 





Los evangelistas recuerdan que, mientras el rostro y la ropa de Jesús resplandecían, dos hombres conversaban con Él: Moisés y Elías, que encarnan la Ley y los Profetas, es decir, la Sagrada Escritura. 




La reacción de Pedro ante esa visión está llena de un asombro gozoso: «Maestro, ¡qué bueno es que estemos aquí! Haremos tres tiendas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías» (Lc 9,33). En aquel momento una nube los cubrió con su sombra y los discípulos se llenaron de temor.





La Transfiguración hace referencia a la fiesta de las Tiendas, cuando Esdras y Nehemías leían el texto sagrado al pueblo, después de su regreso del exilio.





 Al mismo tiempo, anticipa la gloria de Jesús en preparación para el escándalo de la pasión, gloria divina que es aludida por la nube que envuelve a los discípulos, símbolo de la presencia del Señor. 




Esta Transfiguración es similar a la de la Sagrada Escritura, que se trasciende a sí misma cuando alimenta la vida de los creyentes. Como recuerda la Verbum Domini: «Para restablecer la articulación entre los diferentes sentidos escriturísticos es decisivo comprender el paso de la letra al espíritu. 




No se trata de un paso automático y espontáneo; se necesita más bien trascender la letra» (n. 38).





15. En el camino de escucha de la Palabra de Dios, nos acompaña la Madre del Señor, reconocida como bienaventurada porque creyó en el cumplimiento de lo que el Señor le había dicho (cf. Lc 1,45). 






La bienaventuranza de María precede a todas las bienaventuranzas pronunciadas por Jesús para los pobres, los afligidos, los mansos, los pacificadores y los perseguidos, porque es la condición necesaria para cualquier otra bienaventuranza. 





Ningún pobre es bienaventurado porque es pobre; lo será si, como María, cree en el cumplimiento de la Palabra de Dios. Lo recuerda un gran discípulo y maestro de la Sagrada Escritura, san Agustín: «Entre la multitud ciertas personas dijeron admiradas: “Feliz el vientre que te llevó”; y Él: “Más bien, felices quienes oyen y custodian la Palabra de Dios”. 





Esto equivale a decir: también mi madre, a quien habéis calificado de feliz, es feliz precisamente porque custodia la Palabra de Dios; no porque en ella la Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros, sino porque custodia la Palabra misma de Dios mediante la que ha sido hecha y que en ella se hizo carne» (Tratados sobre el evangelio de Juan, 10,3).





Que el domingo dedicado a la Palabra haga crecer en el pueblo de Dios la familiaridad religiosa y asidua con la Sagrada Escritura, como el autor sagrado lo enseñaba ya en tiempos antiguos: esta Palabra «está muy cerca de ti: en tu corazón y en tu boca, para que la cumplas» (Dt 30,14).









Dado en Roma, en San Juan de Letrán, el 30 de septiembre de 2019.

Memoria litúrgica de San Jerónimo en el inicio del 1600 aniversario de la muerte.



Francisco








[1] Cf. AAS 102 (2010), 692-787.

[2] «La sacramentalidad de la Palabra se puede entender en analogía con la presencia real de Cristo bajo las especies del pan y del vino consagrados. Al acercarnos al altar y participar en el banquete eucarístico, realmente comulgamos el cuerpo y la sangre de Cristo. La proclamación de la Palabra de Dios en la celebración comporta reconocer que es Cristo mismo quien está presente y se dirige a nosotros para ser recibido» (Exhort. ap. Verbum Domini, 56).




Nota
Aquí les dejo el documento en distintos idiomas ...

Fuente bibliográfica :
La Santa Sede. 

EL DOMINGO DE LA PALABRA DE DIOS.


Y aquí, algo más sobre el tema :